lunes, 12 de abril de 2010

Cuánto amor hacia nuestro dolor

Me estaba relajando, tan tranquilita en mi clase de yoga y empezaron a hablar, y hablar... de su dolor, de su pierna, de su rodilla... ¡ Mucho dolor es lo que sentían! ¡pero con cuanto gusto lo contaban! Después volví tranquilita a casa, me encontré con una vecinita... mucho dolor, mi espalda no me deja en paz... ¡ qué conversación más amena tuvimos! ¡tanto dolor que compartir!

... y podría seguir a lo largo del día, en el mercado, a la salida del cole,.... ¡tanto dolor contado y compartido!
Creo sinceramente que uno se acostumbra tanto a su dolor que lo hace suyo, lo cuida, lo mima... ¡y en el fondo no quiere que desaparezca!
¿Porqué? Puede haber muchas razones. Quizás sea porque en una época de tanta hipoteca, de tantos creditos, de tantas dudas, muchos sienten que su dolor es lo único que le pertenece, que es suyo y que no permiten que se lo quite nadie.
Por supuesto si se lo preguntas, te van a decir que estás mal de la cabeza, que por supuesto no quieren seguir con ello... es cierto... en parte ya que la vida cotidiana se hace dura cuanto uno sufre pero al nivel social es muy difícil deshacerse de un dolor. Porque es un tema de conversación fenomenal, sin fin y si no tienes perros de companía es la mejor manera de entablar conversación. ¿ Porqué si no tanta gente llega pronto a la consulta de los médicos sabiendo que van a tener que esperar aunque hayan llegado a su hora?
Soy un poco mordaz ¿ no os parece?
Sin embargo es importante darnos cuenta de lo que ganamos al estar mal: atención de los demás, temas de conversación, sentirse como los demás, no provocar envidia ( ya que si a uno le va todo bien y está fenomenal de salud siente cómo los demás le miran de reojo...), permitir cuidarse un poco, y tantas otras ventajas....
Buscamos inconcientemente excusas para obtener ventajas ya que no sabemos obtenerlas de otra manera. Los niños piden la atención de sus padres con sus gracias, si no funciona la buscan gritando, enfadándose o haciendo tonterías para que se les de lo que necesitan. No es agradable para ellos, sufren ya que la atención que reciben entonces es de enfado pero la reciben.
Los adultos hacen lo mismo: necesitan atención y para ello el dolor de espalda, de tripa,... sirve. Recibimos atención a pesar del dolor.
Es un dolor Real, por supuesto pero sobre todo es útil. En cuanto aprendemos a pedir la atención de los demás de otra manera, en cuanto empezamos a cuidarnos nosotros mismos y a darnos la atención que merecemos el dolor se irá. Porque en definita el dolor nos dice a gritos que nos cuidemos, que nos mimemos, que nos amemos sin esperar que lo hagan los demás en nuestro lugar. y esto es ser adulto, saber cuidarse a uno mismo sin que los demás se conviertan en nuestra "madre" protectora.
Nos podemos cuidar tomando Flores de Bach ya que si trabajamos nuestro estado emocional nuestra salud mejorará también: en Gotas de Flores podéis encontrar:
- Acebo- Holly para desarrollar nuestro amor interno y el amor hacia los demás
-Achicoria- Chicory para no manipular a los demás
-Brote de Castaño- Chesnut Bud para aprender de las experiencias
-Brezo- Heather para escucharse a si mismo
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