martes, 23 de febrero de 2010

Moverse como el junco

La teoría a veces se nos atraganta...

Con tantas lecturas de autoayuda, parece que nos lo sabemos todo. Podemos oír o leer : "moverse como el junco... aceptar la realidad y no luchar contra ella..."
Reconozco que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. El problema es que si no lo hacemos aparecen los dolores de cuello, de espalda ya que tratamos de resistirnos a los cambios que se nos avecinan.
¿Entonces qué es lo que puedo hacer cuando me enfrento a una situación que no acepto? ¿Cómo puedo reaccionar sin que esto me cause dolor o tristeza o ira?
Una manera que nos puede servir es sencillamente observar porqué reaccionamos así.

Un buen ejemplo: Juana se queja de que su hijo no estudia lo suficiente y no para de lamentarse, de enfadarse con él, ... Si le recomiendo aceptar la realidad, me va a mirar con ojos desencajados y me va a soltar que no entiendo nada, que el "futuro de su hijo está en juego" y un montón de argumentos cada más sofisticados.

Sin embargo si Juana se permite observarse a si misma, preguntarse el porque de su reacción, es probable que entienda hasta qué punto su reacción es exagerada. Podrá ver que en el fondo lo que tiene es miedo, miedo a su fracaso, miedo al fracaso de su hijo, preocupación, una imaginación impresionante ( es tan fácil imaginarse lo peor para los seres queridos...), sentimiento de inutilidad ( ya que no puede estudiar por él), y mucho más.

Observarse nos permite entendernos. Tomar el tiempo de reflexionar, pararse a pensar. Parece tonto pero es cierto: ¿cuánto tiempo me paro al día para reflexionar sobre mi vida, sobre lo que me ocurre? Poco. En general estamos en movimiento.

Un lápiz, un bóli... unos instantes nos evitarán muchas veces transmitir nuestras frustraciones. Y al estar tranquila, quizás este hijo tan rebelde sentirá que le queda un espacio para comentar lo que realmente le interesa, que es lo que le ocurre y se quitará el peso de angustia que conlleva tener padres encima que en lugar de transmitirle confianza le transmiten su miedo al futuro y a la vida.
Y entonces sí en cuanto hayamos entendido lo que se nos ocurre nos será más fácil aceptar lo que ocurre alrededor y dejarse fluir como el junco.
Si no coseguimosl llevar este trabajo sólo podemos necesitar de la ayuda de un terapeuta ( José Salmerón es psicólogo, podéis conocerle mejor en www.terapiaesencial.com) para conseguir entender los motivos que nos mueven en este mundo.
Las flores de Bach- Gotas de Flores son un apoyo imprescindible en ese camino:
-Castaño Rojo- Red Chesnut para la preocupación excesiva por los demás
-Acebo-Holly cuando sentimos ira en lugar de amor
-Achicoria-chicory si empezamos a manipular para conseguir nuestros objetivos
-Viña-vine si nos volvemos dictadores en casa.
Cada persona es un mundo. El mismo problema puede conllevar matices emocionales distintos en función de cada uno . Así que os invito a visitar www.esenciasdebach.com donde encontraréis mucha más información.
Un abrazo esencial.

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